El pez no encontró al pescador
El pescador cayó y nadie lo vio
Aun así el pez nadó hasta aguas abiertas
Ahí encontró la libertad y el alivio esperado
La escases, es culpa del hombre
No del pez
El hombre corrompe no propone
La luz se apaga queda solo oscuridad
Primero la piedra y luego la tierra
Siembro para cosechar
La cosecha crece y se reparte
Gracias sol por tu candor
Gracias lluvia por tu dulzura
Pero no todo se reparte con justicia
La desigualdad crece
Muere la bondad
Solo si sientes lo que ellos, podrás comprender
El dolor de panza, la angustia bajo la lluvia el frío
Un hueso roto, una herida sangrante
Una palabra corta como daga la garganta
La locura está detrás de cualquier pared
La calma llega muchas veces con la muerte
Crucemos el puente
Quiero ver qué encuentro del otro lado
Me llama
Dejo un camino marcado de gotas rojas
No me sigan, busco mi historia y mi verdad
Camino, nada más camino
El agua se mece con un movimiento cálido, suave, genuino
Como una balanza busca el equilibrio
Lo mucho se reparte y queda poco
Algunos quieren repartir
Otros lo quieren todo
Y hay quienes no quieren nada
Se pierde el equilibrio, se pierde la esperanza
de los que quieren equidad
Las aguas se acostumbran, golpean las rocas
Generan espuma que no contiene nada
A veces pasa un gran barco, solitario, haciendo ruido de motor
El agua no le deja pasar la anterior fue la última vez
No entendió, no escuchó
Una fuerte y gran ola, lo golpea cae sobre él
Lo parte en dos, se hunde, desaparece.
Sus restos ensucian el agua, ella los escupe y
llegan a la orilla
Nadie espera nada, pero hoy amaneció un gran sol
La marea esta en calma, ya cobró su cuota
Suficiente hasta que llegue el próximo
El equilibrio se recompone lento
Lento
Tengo hambre, mucha hambre.
No puedo dejar de sentir este dolor,
en la panza, duele tanto.
A veces cuando miro mi brazo,
Veo una deliciosa costilla, he pensado en cortarme,
pincharme…de repente me vuelve la razón.
Y me digo no. Mi cabeza anda mal, bastante mal. No sé.
No sé qué día es,
no sé qué mes es o
en qué año vivo.
¿Estoy encerrada y por qué estoy encerrada?
Por acuchillar al maldito hijo de puta
Qué me golpeaba todos los santos días
Me pateaba el vientre, cada vez que me embarazaba
Y no, no eran embarazos por hacer el amor,
Eran violaciones…
Me violaba, me embarazaba, luego me golpeaba y
Terminaba todo el periplo, en un aborto.
Se que ahora él, se pasea con una rubia.
Mientras estoy acá encerrada.
La lleva a todos lados. Y anda diciendo que estoy muerta
A los que me conocen, les dice que fallecí de una pulmonía. Y fue él, el que me dio contra el borde de la mesa y me perforó un pulmón, en una de sus palizas.
Y yo acá, entre ratas inmundas, apestosas.
Y otras desgraciadas como yo.
Que no tienen quién las defiendan.
Somos las locas, las histéricas. Culpables antes de hablar.
Nos matan de hambre. ¿Para qué? ¿Y por qué?
Según el curita ese, cara de orto, el diablo va a salir de nosotras,
Solo si lo matamos de hambre. Y así saldrá de nuestros cuerpos.
Sintiendo el mismo dolor, por hambre.
Solo él se cree tremenda mentira.
Pero mientras lo que en verdad sucede es que el hambre,
solo nos devora a nosotras, nuestros pensamientos,
nuestra valentía, nuestra fuerza.
Nos matan, nos matan
Malditos, y todavía me quedan tres meses para que la condena,
sea llevada a cabo, ¿y para qué la espera? ¿y para qué?
para nada, porque mi destino ya fue marcado.
Me van a colgar… Sí me espera la horca…
Y no puedo comer un miserable pedazo de pan.
Estoy pensando en comer, las hojas de éste cuaderno.
Por lo menos me voy a tragar mis propias palabras y
ya nadie va a saber mis secretos, se van a ir conmigo al infierno.